Consigna:
Elegir uno de los siguientes comienzos:
"Estaba haciendo calor, el sol le estaba quemando la nuca".
"Le cruzaba la cara una cicatriz rencorosa: un arco ceniciento y casi perfecto que de un lado ajaba la sien y del otro el pómulo".
"Una mañana de junio de 1872, temprano, asesiné a mi padre, acto que me impresionó vivamente en aquella época".
Escribir un cuento que empiece con la frase elegida y que incluya alguna de las siguientes conjuntos de oraciones (en el mismo orden):a. Veo encuentros. - Una herida grave. - Tiene miedo.
b. Se oye música. - Números de muchas cifras. - Somos pocos.
c. Hace frío. - Se divisa un velero. - No quiero.
Buscar 5 objetos que sean significativos para cada uno. Tenerlos a mano para la próxima reunión.
Objetos: un sobretodo, una copa, una carta, una valija y un anillo.
La carta
"Le cruzaba la cara una cicatriz rencorosa: un arco ceniciento y casi perfecto que de un lado ajaba la sien y del otro el pómulo. Sin embargo, eso no impidió que fuera el amor mas intenso y fugaz de mi vida.
Era una noche helada de mediados de julio, otra vez me encontraba envuelto en los compromisos que mi apellido demandaba, debía ir a una de esas bochornosas fiestas en las que todos me resultaban frívolos y condescendientes. Abrí mi placad y agarré uno entre tantos trajes, ya sin preguntarme como podían esos pedazos de tela valer tanto dinero, y me preparé como incontables veces había hecho. Hace frío, pensé, asi que sumé un sobretodo, sin imaginar que no regresaría con el.
Llegué al salón, lleno de lujos pero sin sorprenderme demasiado, no eran cosas que no hubiera visto ya. Estaba lleno de gente, peinados que ostentaban horas de preparación, trajes de las mejores marcas, cantidades de comida y música en vivo.
Decidí ir a buscar una copa para tolerar el resto de la noche. Hoy me pregunto que hubiera sido de mi si hubiera elegido otra de las tantas barras del lugar, si el camarero no hubiera tardado tanto en atenderme, si no me hubiera detenido a reemplazar mi pedido porque ya no quedaba en vino que en un principio había solicitado. Porque si no, tal vez, nunca la hubiera conocido. Me pregunto que hubiera sido de mi, tal vez estaría menos roto.
Era hermosa. Tenia una cara de muñeca corrompida por una eminente cicatriz, que contaba una historia solo para quienes estén dispuestos a escuchar, y yo si que lo estaba. Irradiaba una suerte de misterio, casi místico. Hablaba con la seguridad de quien es consciente de su curiosa belleza e inteligencia. Supe en ese instante, cuando la vi del otro lado de la barra, que debía conquistarla aunque fuera lo último que haga.
Y así fue, esa noche nos fuimos juntos al terminar la fiesta. Verla caminar con mi abrigo bajo la tenue luz de los faroles me hizo desear que esa noche no terminara jamás.
Vivimos los mejores dos meses de nuestras vidas. Nos casamos. Fui feliz como nunca antes y juré que haría lo posible para que mi historia con Marina durara para siempre. Pero, como vez, no fue así.
En septiembre llegó la carta que destrozaría mis sueños. Pasaron días de silencio tajante hasta que logré contarle a Marina el motivo de mi partida. Su mirada fue como un puñal en el pecho, tal vez nunca pueda perdonarme por haberla abandonado, pero el que mas me odia por lo que hice soy yo mismo. Destrozado, arme mi valija y me fui al puerto sin mirar atrás. Una vez allí, divisé el velero que me llevaría a lo que en ese momento sentí que era el fin del mundo. "No quiero" pensé. Pero solté un suspiro e hice lo que tenia que hacer."
-Entonces es por eso que tenés un anillo de compromiso?- Me preguntó mi compañero cuando terminé de relatar la historia que parecía haber sucedido en otra vida.
- Así es- Contesté.
- Y cuando pensas volver a buscarla?
- Cuando termine lo que vine a hacer.
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