El primer cuatrimestre empezó siendo una incertidumbre total. No sabíamos como se iba a dar la cursada virtual, apenas entendíamos las plataformas, y poco conocíamos sobre la experiencia universitaria en general. Tal vez por eso la materia Taller de expresión me sorprendió tan para bien.
Esta fue la materia con la que comenzó este año tan particular (y con él mi vida académica). De alguna manera logramos sostener la dinámica taller durante todo el recorrido, donde no sólo compartí textos propios sino que también tuve la oportunidad de escuchar de los demás. Esto me pareció muy lindo ya que me permitió conocer a mis compañeros y compañeras aunque no estuviéramos compartiendo aula.
El clima fue siempre de respeto y de aliento. Siento que pudimos romper con el sentimiento de vergüenza a la hora de exponer una producción propia, en un pacto de confianza acordado por todos y todas.
En lo personal, y como conté un poco en la introducción de mi trabajo final, escribir fue un gran desafío. Si bien siempre me llevé bien con las palabras, nunca me había detenido a escribir historias. Por eso siento que logré mejor los diarios de escritora que los cuentos o las actividades de lectura. De todas formas lo estoy disfrutando, me encontré ejercitando una parte de mi que no conocía y muchas veces saliendo de mi zona de confort.
La experiencia de tener un Blog también fue innovadora. Si tuviera que resumir este primer tramo en un sentimiento, sería que la "informalidad" dentro de la formalidad fue lo que hizo que me resulte tan ameno.
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