Página 12, Radar Libros 11/11/2020
Critica(r)
Por Carola Santiago
La cautiva, de Inés Garland. La arquitectura del océano, Editorial Alfaguara, 2014.
Según el diccionario, el verbo criticar significa "examinar y juzgar una cosa, especialmente para determinar su bondad, verdad o belleza". Esta definición se encuentra al mismo tiempo, muy cerca y muy lejos de la crítica literaria. Tan cerca en cuanto al hilado fino, al escrutinio, al análisis. Pero tan lejos en lo que respecta a las sensaciones, el arte, la piel.
Tal vez sea justo en el medio, o en ambos planos de manera simultánea, donde me posiciono para hablar de Inés Garland.
Nació en Buenos Aires, la capital de Argentina, al calor de los años 60. Es periodista, traductora y escritora, y colabora en diarios y en talleres literarios. Su público es diverso, ya que se dirige sus escritos tanto a adultos como a jóvenes y niños. Es la primera autora latinoamericana en ganar el Premio Deutscher Jugendliteraturpreis por su novela Piedra, papel o tijera. Otros de sus títulos son “El rey de los centauros” (2006) y “Una reina perfecta” (2008).
Esta autora escribe desde los 10 años, pero nos ha hecho esperar ni más ni menos que 27 para deleitarnos con sus obras. Ella toma la cotidianeidad y la transforma en belleza, llevando a los lectores de la mano por un recorrido que a más de uno le resultará familiar. Las narradoras (que tal vez sean ella misma) desmenuzan su realidad de mujeres desde distintos planos como pueden ser la maternidad, las relaciones asimétricas del mundo adulto, sexualidades no permitidas, relaciones o desamores. Historias de las cuales podrían ser dueñas tus amigas, tus primas, tus vecinas. Y creo fervientemente, que eso es lo que atrapa y que intriga.
"No es que no piense en los lectores: sé que estoy hablándole a alguien. Pero lo que quiero es que la historia se cuente de la mejor manera posible, y eso para mí garantiza un lector" cuenta Garland en una entrevista sobre su libro “Con la espada de mi boca” para la editorial Eterna Cadencia en 2019. En esa corta frase, revela su esencia como escritora y su manera de trabajar.
“La arquitectura del océano” es una minuciosa selección de cuentos de la autora. Consta de seis universos que perfectamente podrían ser el mismo o todos diferentes. Una preadolescente y su amiga, una esposa aventurera, un profesor de yoga, un ayudante de casa de campo, una madre nostálgica y una mujer viajando en lancha, son algunos de los intrigantes personajes que encontrarán a lo largo de este libro. Los protagonistas se encuentran en constante tensión con la soledad, los sentimientos y su interioridad. También son los vínculos un lugar muy fuerte donde trabaja la autora, es en la complejidad de las relaciones humanas donde encuentra la fuente de su inspiración.
Garland viene generando un clima determinado en sus cuentos. "El rayo verde" cuenta la historia de una familia compuesta por una hija y sus padres en unas vacaciones. La narradora es una pre adolescente que va y viene sobre su inocencia a la hora de relatar los sucesos. Ella va descubriendo el mundo adulto, la relación con su amiga, sus primeros encuentros con un chico y las personalidades de sus padres. En "Oscar" seguimos la historia de dos padres y dos hijas se van de vacaciones de invierno a una estancia en el campo, y la de un joven llamado Oscar. A lo largo del cuento vemos un mundo adulto tamizado por la percepción de la protagonista. Por último, en "Nada que hacer", una madre lleva de vacaciones a su hija y a sus tres amigas adolescentes, y cuenta los días del viaje dejando leer entre líneas sus propios sentimientos.
Como marcaba al principio, la autora va creando un clima de familia, de viajes, de intimidad. Pero es en "La cautiva" donde llega al clímax de todos estos aspectos y los materializa en una historia tan sencilla como atrapante.
"La cautiva" se sitúa en Misiones, un paraíso híbrido que invita a la reflexión y el autodescubrimiento, y eso es lo que hace la protagonista de esta historia. El choque cultural y un viaje familiar, se entremezclan con algo mucho más profundo, con una "segunda historia", en palabras de Ricardo Piglia. Seguiremos de cerca un breve lapso de la vida de una madre y esposa, pero que nos devela mucho más.
Audaz, concreta, seductora, son algunas de las características que identifican tanto a Inés Garland como a sus historias. Sin embargo, lo más cautivante de estos relatos, es sin duda lo que no se cuenta. Los secretos, los detalles que se deslizan sólo para el lector atento, la responsabilidad que le queda al mismo de terminar la historia por su cuenta. Pero no sólo, sino con dos grandes herramientas: una imaginación estimulada y una ansiedad por leer más de esta autora.
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